Uno de los problemas más comunes entre condóminos es la convivencia con mascotas que no son de ellos.

Para citar algunas de estas situaciones que se dan tenemos:

  • La mascota (perro o gato) realiza paseos  en el condominio, sin un responsable a su lado. En algunos casos, el perro abre las bolsas de basura de los vecinos.
  • La mascota hace sus necesidades en áreas comunes o privadas  y nadie las recoge.
  • El perro ladra mucho.
  • Pasean al perro sin correa.
  • El olor de los desechos fecales del patio de mi vecino llegan hasta las casas con las que colindan.
  • El perro mordió a un niño o a un adulto.
  • El gato de mi vecino cada vez que se deja la ventana del carro abierta duerme ahí.
  • El gato entra a las casas vecinas a robarse comida, abrir bolsas de basura o se suben a los carros.

Desde luego que nadie quiere que esto le pase, peor aún si se está saliendo a trabajar.

Situaciones como estas y otras suceden en los condominios, pero ¿Qué hacer en caso de que alguna de ellas suceda y como le hago para convivir con mi vecino que me está ocasionando esta clase de problemas?

Lo primero que se debe de hacer es revisar el Reglamento Interno del Condominio y verificar que dice al respecto de las mascotas.

Hay reglamentos que carecen de un capítulo relacionado a la tenencia de mascotas, por la poca preocupación y respeto por los derechos de los demás que en muchas oportunidades tienen los propios dueños de los animales es que se  dan situaciones que provocan grandes conflictos entre la administración, los propietarios y los arrendatarios.

Para casos en que el reglamento no aplica lo mejor que se puede hacer es conversar con el dueño de las mascotas y llegar a un acuerdo. Muchas veces funciona el recordarles los principios de lo que es vivir en condominio y que él o ella, como responsable de los actos de su mascota, se debe de hacer cargo.

La psicología canina también ayuda. Como persona que me gustan las mascotas y como siempre he vivido en condominio, me he preocupado de llevarme bien con mis vecinos y que mis perros no sean problema de nadie.

Hay tres reglas que me ayudan a recordarme lo que debo de hacer por mis queridos animales de compañía todos los días.

Si ellos nos pudieran ayudar, de fijo que recogerían sus necesidades

  1. Ejercicio: muy importante, necesitamos liberar la energía acumulada que tienen ellos, que es mucha sea de paso. Solo piense en Ud., cuando está dentro de su casa por largos períodos, llega el momento que Ud. dice “me voy para donde sea, aunque sea al parque a comerme un helado”. Ahora piense en su mascota que tiene 1 semana, 2 semanas, 3 semanas o mucho más tiempo sin salir de la casa. Desde luego que va a ladrar y hacer escándalo, está pidiendo que lo saquen a gritos.
  2. Disciplina: una mascota educada va a evitarnos de muchos problemas, aparte de que va a hacer más fácil la convivencia con nuestros vecinos. Al ver ellos que el perro responde a sus comandos le va a dar mayor tranquilidad
  3. Afecto: definitivamente es la que más me gusta y cuando empecé a tener mascotas era la única regla que tenía, pero no existen otras 2 antes de esta. El afecto es tan importante como las otras dos reglas, pero junto con ellas hacen un animal más amigable y tranquilo que al final es lo que queremos.

Cada uno de ellas se debe de seguir y realizar en este orden en que las mencioné.

Si tenemos que saber que aunque el dueño del animal aplique estas 3 reglas los problemas no se van a arreglar. La mayoría de los problemas solo los puede solucionar el dueño de la mascota siendo más responsable y cambiando la actitud de despreocupado.

Por otro lado hay condominios que si tienen en su reglamento un capítulo relacionado a la tenencia de mascotas. Varía mucho de un reglamento a otro, algunos son muy específicos como los reglamentos de condominios en torre; otros son más breves como los condominios con bastante espacio.

Por eso, antes de comprar o arrendar un apartamento o una casa que está dentro de un condominio, le recomendamos estudiar el Reglamento Interno ya que sus normas pueden influir de manera determinante en la vida que podrá llevar dentro del mismo.

De hecho, algunos condominios aceptan a los animales, pero bajo una serie de condiciones. Por ejemplo, que estos transiten siempre amarrados y bajo la vigilancia de sus dueños; que no ocupen las áreas comunes, patios privados ni zonas cercanas a la piscina; no son permitidas razas conocidas como peligrosas de cuido y vigilancias tales como Pitt-Bulls, etc.

Además, algunos reglamentos establecen que las viviendas deben usarse sin interferir con la tranquilidad y seguridad de los demás condóminos, por lo que si alguien se ve afectado, sea por suciedad, ruidos o potencial agresividad de algún animal, puede incurrir en una multa.

Conclusión: los problemas entre condóminos surgen cuando a los animales no se les proporciona los cuidados adecuados, o sus dueños no se responsabilizan de ellos, por ello como dueños de mascotas, debemos  de respetar los derechos de los demás. También  para estos casos puede contar con la asesoría del administrador de condominios para que intermedie.

Tomado de http://www.greencondoscr.com/